“El somatén de los lobos”

Colaboración especial de John J. Polo

Los que disfrutamos husmeando libros antiguos del siglo XIX, muchas veces disfrutamos encontrando relatos de nuestra ciudad o de nuestras comarcas. Por ejemplo, el somatén de los lobos. Todos sabemos que un somatén es un grupo de gente armada que no pertenece a ningún ejército, pero que se reúnen para luchar contra un enemigo común al toque de campana. La historia del somatén de los lobos atañe a las poblaciones de Vallibona, Morella y Castellfort, entre otras, que luchaban contra un enemigo común allá por el siglo XIX: El lobo.

Me llama la atención que los textos de esa época describen los pueblos o los ríos con diferente nombre, por ejemplo he visto más veces escrito “Ballibona”, que Vallibona, “Ervés”, que Herbés, “Riu de Les Corses” que Río Cervol… ¿Pero qué era y que hacía el somatén de los lobos?, en esa época la población se dedicaba principalmente a la ganadería y a la agricultura, los bosques se encontraban a escasos metros de los pueblos, y era muy usual el ataque de los lobos al ganado, la entrada del lobo a los establos, acercarse hasta las inmediaciones de una masía o casa y comerse a algún niño de corta edad en la cuna por algún descuido de sus padres.

En Morella y sus pueblos de alrededor se imploró por más de cinco siglos la protección al cielo para verse libres de tales desgracias. Normalmente, las casas siempre disponían de un perro mastín para protegerse, pero muchas veces no era suficiente ante el ataque de una manada, y los hombres tenían que enfrentarse junto al mastín con algún apero de labranza o arma de fuego para ahuyentarlos. Entonces se creó “El Somatén de los lobos”, la lucha conjunta de esos hombres de aquellos pueblos enclavados en las montañas contra el enemigo común: los lobos. Dicho somatén, en algunos textos también se llamaba barrechada (sic), consistía en un grupo armado de unos 60 o 70 hombres de diferentes pueblos, había jóvenes y adultos, los mejores tiradores se colocaban en las gargantas o desfiladeros, el resto de los hombres iban atravesando la maleza haciendo mucho ruido para sacar a los lobos de sus madrigueras, y cuando salían eran tiroteados por todo el somatén. Una vez en el suelo, los lobos sangrando y aun palpitando, los miembros del somatén se pasaban la bota de vino, aun con las armas humeando, festejando la victoria.

No podemos mirar el pasado con los ojos del presente, la dura vida de aquellos hombres de Els Ports y El Maestrat, el clima, la orografía, las condiciones de vida de aquella época hicieron fuertes a aquellos hombres que apelaron a la supervivencia y derrotaron a los lobos con “El somatén de los lobos”.