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El pasado ibérico sale a la luz en la Casa Membrillera de Vinaròs El pasado ibérico sale a la luz en la Casa Membrillera de Vinaròs
Colaboración especial de ARTURO OLIVER (*) El hombre al haber estado en un lugar determinado por ser un lugar de hábitat, religioso, de trabajo,... El pasado ibérico sale a la luz en la Casa Membrillera de Vinaròs

Colaboración especial de ARTURO OLIVER (*)

El hombre al haber estado en un lugar determinado por ser un lugar de hábitat, religioso, de trabajo, de enterramiento, etc., a lo largo del tiempo ha dejado vestigios de su presencia. Cuando este lugar ha sido abandonado por voluntad propia o a la fuerza, con el paso del tiempo se ha ido cubriendo de tierra formando los yacimientos arqueológicos. Estos yacimientos arqueológicos actualmente se excavan y a través de los restos recuperados se puede saber como vivían las personas que estuvieron habitando el lugar hace siglos.

El Puig de la Misericordia es un yacimiento que está formado por cuatro momentos de ocupación, es decir se han ido superponiendo diferentes ocupaciones, que se han ido abandonando.

La primera ocupación es del siglo X-IX a.C. (Edad del Bronce) y apenas tenemos evidencias de ella. Seguramente un hábitat de pastores.

La segunda ocupación es del siglo VII-VI a.C. (Edad del Hierro Antiguo). Se trata de un gran edificio donde vivía la familia de una persona que controlaba el entorno y el comercio con los fenicios. Gracias a este comercio y al control del territorio fue una persona poderosa. No obstante, el edificio donde vivía se destruyó violentamente por el fuego y ello motivo que todos los materiales se quedasen en el lugar en donde estaban, y por tanto en la excavación se han podido recuperar.

Durante la tercera ocupación, siglo VI-V a.C. (Ibérico antiguo), aprovechando los restos del antiguo edificio se hace uno de nuevo. La funcionalidad era la misma, el hábitat de una familia aristocrática y económicamente fuerte debido al comercio con fenicios y también con griegos, ya que en esta época ya empezaban a comerciar también los griegos con los ibéricos. Este edifico se abandonó pacíficamente y por tanto se llevaron prácticamente todo, dejando solo las cosas inservibles. De allí que durante las excavaciones no se puedan recuperar tantos materiales como en la ocupación anterior.

Tras varios siglos de abandono a finales del siglo II a.C. (Ibérico tardío), momento en que la zona pertenece a la República Romana, se construye una casa rural que durará como mucho unos cincuenta años.

La exposición

La exposición presenta la excavación de un espacio del segundo momento de ocupación del yacimiento (siglo VII-VI a.C). El fuego dejó en su sitió prácticamente todos los objetos que estaban en la habitación por lo que en la excavación se ha podido estudiar muy bien como era. La funcionalidad de este espacio era de taller metalúrgico y almacén.

En la primera vitrina que hay en la parte derecha se exponen elementos de bronce de la indumentaria personal (broches, colgantes, collares). Algunos afectados por el fuego que destruyó la casa. Estos elementos permiten conocer cómo eran los vestidos de la época. También hay contrapesos de telar, uno de arcilla y otro de piedra. Así como elementos empleados en rituales, es el caso de un quemaperfumes (le falta la parte superior) usado para quemar hierbas aromáticas. También un cucharon al que le falta el asa. Son elementos que suelen estar vinculados a los banquetes que el propietario haría en el edificio. 

También hay restos de cereales. Estos granos, aunque son orgánicos al quemarse se mineralizan por eso se han conservado.  Gracias a ello podemos saber que especies cultivaban.

En la siguiente vitrina hay elementos de construcción, concretamente adobes, algunos con revestimientos del enlucido y del pintado. También hay algunos en donde se ven las huellas de los dedos que el fabricante ha dejado en el barro, en otros se ven las improntas de la vegetación que mezclaban. Con estas improntas se puede saber que especies de vegetales había. También con los carbones que se encuentran en las excavaciones podemos saber las diferentes especies vegetales del momento. El conocimiento de los vegetales y de la fauna (que se conoce por los huesos localizados) nos permite conocer el paisaje y el clima que había en la zona.

Estos adobes junto a los restos arquitectónicos del yacimiento sirven para conocer el tipo de edificios que había y como se construía.

En la primera vitrina de la izquierda encontramos una jarra hecha a torno decorada con pintura. Es de las primeras piezas que se hacen a torno, una técnica que los indígenas de la zona aprenden de los fenicios (el torno, la metalurgia del hierro, la viticultura, la oleicultura, son técnicas que traen aquí los fenicios). El resto de las vitrinas son cerámicas a mano, hechas sin torno, son las típicas vasijas que hacían los indígenas y las más habituales. Todas ellas son vasijas de mesa o servicio, no se han presentado las de almacenaje. Si las comparamos con la jarra a torno de la primera vitrina, el aspecto es muy diferente. La decoración no es pintada (hay incisiones, acanalados, tetones, etc.)

Enfrente de la exposición tenemos la reconstrucción de la estancia en donde se han localizado todas las piezas expuestas. Gracias a la buena conservación se ha podido reconstruir bien la estancia, la cual tenía un altillo y las paredes enlucidas y pintadas. El suelo era de tierra. El techo sustentado con vigas de madera, y sobre ellas piezas de madera y todo cogido con barro. También había un horno y un hogar. En el horno seguramente se fundirían los metales. Junto a la reconstrucción de la estancia está la recreación del propietario de la casa, llevando las joyas que se han encontrado en la excavación, así como el tipo de vestido que llevaría.

Sobre la tarima podemos ver molinos de piedra para moler cereales y mineral de hierro, y una tapadera de piedra, así como una vasija fenicia hecha a torno y decorada con pintura. Las vasijas fenicias contenían vino y conservas de pescado. El propietario de la casa a cambio de la venta de los cereales y minerales de la zona recibía el vino y las conservas que traían los comerciantes fenicios en sus barcos. Gracias a este comercio conseguía importantes beneficios económicos, prestigio y poder social.

En los paneles de la pared de la derecha podemos ver los diferentes tipos de vasijas y en la pared de la izquierda el proceso de excavación de la estancia.

(*) Jefe del Servicio de Arqueología de la Diputación de Castellón

Visita escolar a les exposicions de la Casa Membrillera

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