El Fortí: Ideas para un proyecto de innovación (II)
EL FORTÍ 1 novembre, 2023 Vinaròs News
CARMEN LLOPIS
La innovación en educación[1], es una tarea compleja y a largo plazo, requiere visiones globales. Cuando se quiere cambiar lo que no nos gusta, hay que trabajar con responsabilidad en un proceso planificado, dinámico, sistemático, intercambiando y generando ideas creativas, colaborando en una construcción conjunta, aprendiendo a afrontar las dificultades y convirtiéndolas en oportunidades.
Los procesos innovadores siempre suponen cambios porque introducen elementos que alteran lo que había
Como la innovación la llevan a cabo grupos de personas, son ellas, las que tienen que repensar las cuestiones importantes para avanzar hacia los cambios
Es imprescindible aprender haciendo desde una visión amplia, con audacia e investigación. Para los educadores@s es un proceso de reflexión sobre que quieren hacer- tareas-; para que lo hacen -finalidad-; desde donde parten – que están haciendo- y hacia dónde y cómo deben dirigir lo que les gustaría realizar – gestionar los procesos de cambio -.
Innovar supone creación. Las comunidades educativas, tenemos que vencer la fuerza de la inercia para no repetir lo de siempre, lo que da seguridad. Resistirse a los cambios, como decía Tolstoi, es ir contra el fluir natural de de la vida.
Crear es el acto a través del cual el cerebro genera un pensamiento original realizando nuevas combinaciones y asociaciones.
Un cambio profundo requiere, como hemos visto, un proyecto global integrado, asumido por todos/as y motivado por algunos
… Constituye un instrumento indispensable para que la humanidad pueda progresar hacia los ideales de paz, libertad y justicia (…) es esencial en el desarrollo continuo de las personas y las sociedades (…) para respetar los derechos de los hombres y las mujeres, practicar el entendimiento mutuo y hacer del progreso del conocimiento un instrumento de promoción del género humano, no de discriminación… [2]
No olvidemos que educadores y educadoras ejercemos una profesión de reflexión, aunque a veces no la tengamos en cuenta antes las múltiples tareas que tenemos que realizar. Es imprescindible liberar tiempo para formarse, preguntarse y debatir algunas cuestiones:
– ¿de qué manera estamos perpetuando las exclusiones con nuestros métodos en muchas ocasiones caducos?;
– ¿analizamos, en los espacios educativos, las causas que generan los problemas, y sus consecuencias?;
– ¿elaboramos propuestas ante las diversas situaciones que se nos plantean para aportar soluciones creativas?;
– ¿cómo gestionamos el conocimiento?…
Intervenir, rompiendo la rutina, para que algo cambie y mejore sería una buena reconversión de nuestra profesión.
Avanzar hacia una sociedad del aprendizaje y del conocimiento implica transformar el sistema escolar y fortalecer las oportunidades de aprendizaje fuera de él. Esta capacidad de aprender a aprender a lo largo de toda la vida tiene, entre otras, la ventaja de diversificar estudios, flexibilizar el sistema, facilitar la accesibilidad a la información para responder al reto de un mundo que cambia, que se mueve y en donde se hace imprescindible conocer a otros seres humanos de otras culturas para aprender a vivir juntos, teniendo en cuenta la igualdad de oportunidades para todas y todos y el derecho de cualquier persona a ampliar sus horizontes culturales.
Los centros educativos como lugar de reunión, de aprendizaje y de socialización deberían cumplir una doble tarea, difundir los saberes y construir ciudadanía en un momento en que las estructuras familiares y sociales canalizan cada vez menos valores y referencias culturales. Favorecer una cultura democrática en la organización del centro puede ser una buena contribución a la formación ciudadana de sus miembros
Se trata de enseñar a vivir en la complejidad ya que la educación y el aprendizaje no tienen que ver sólo con el conocimiento, las técnicas y las formas de producción y gestión, sino que tienen que involucrar a la persona en las relaciones con los otros y consigo misma.
Ante la globalización neoliberal y la lógica del mercado que presentan un modelo social basado en la competitividad, el individualismo y el consumo sin límites para ampliar el capital, la educación puede o reproducir ese modelo, siendo una mera mercancía o convertirse en una práctica liberadora y emancipadora. Por eso, cada vez más la pasión por educar[3] se considera imprescindible para el desarrollo de los pueblos, y una vía necesaria, fundamental, para la humanización del mundo.
A pesar de los factores que ralentizan los cambios los avances científicos y tecnológicos han permitido a la educación, dar pasos para revisar sus concepciones, finalidades, relaciones con el contexto, enfoques y estructuras, espacios, sujetos, propuestas didácticas y metodológicas, procesos de formación del educador@s, recursos… Al mismo tiempo se subraya, también, su interés por construir con otras ciencias – interdisciplinariedad-, tener un rol social y político cada vez más definido para comprometerse con un trabajo más activo en la sociedad, favorecer la globalización de la solidaridad, del conocimiento, del bien común… y hacer posible el acceso de todos/as, a una educación de calidad
EL FORTÍ , VINARÒS INTERCULTURAL
[1] La educación es bastante más que la escolarización, es o debería ser, una necesidad de aprendizaje de las personas que va creciendo a lo largo de la vida, que enseña a vivir y ampliar las visiones del mundo, que favorece la capacidad de denuncia ante las carencias y de valoración ante las iniciativas. Hoy, en este mundo interdependiente, globalizado y complejo, no se puede concebir la educación como un hecho aislado, independiente de los contextos sociales, políticos, económicos o culturales. Enfoque socioeducativo
[2] La educación encierra un tesoro. Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre Educación para el siglo XXI. Preside Jacques Delors. UNESCO-Santillana. 1996. AA.VV. (2012) Otra educación es posible. Congreso Educa 2011. Narcea
[3] DAY, CH. (2007) Pasión por enseñar. Narcea, Madrid