Vinaròs News

Històries d'avui en dia

MARIAN FONELLOSA   LOS PORQUÉS DE LA GUERRA    España es el país más fuerte del mundo, porque lleva siglos, intentando autodestruirse y todavía no...

MARIAN FONELLOSA

 

LOS PORQUÉS DE LA GUERRA    España es el país más fuerte del mundo, porque lleva siglos, intentando autodestruirse y todavía no lo ha conseguido.                                                                               Canciller Bismark (1815-1898)

La guerra civil de siete años, entendida convencionalmente como Guerra Carlista, se integra plenamente en el proceso de disolución del Antiguo Régimen en España, condicionando la trayectoria seguida por el liberalismo español de los 30 e incluso en su formulación moderada en los años 40. Fue precisamente el conflicto lo que reordenó el rumbo de la transición pactada desde arriba, representada por el Estatuto Real, hacia la ruptura liberal y la conclusión jurídica del Antiguo Régimen ya de forma irreversible. En este aspecto la insurrección carlista sobrepasa las dimensiones de una cuestión dinástica, concebida como coartada de legitimación, para inscribirse en un plano más complejo en el que subyace la dialéctica resistencias del Antiguo Régimen versus instalación del Estado liberal con todas sus implicaciones sociales y económicas.

El 29 de septiembre de 1833 muere Fernando VII. Cuatro días después, el 3 de octubre, un grupo de voluntarios realistas se alzaba en Talavera de la Reina, proclamando a Carlos María Isidro como legítimo rey de España se inauguran así una serie de levantamientos faltos de coordinación y más bien vinculados a la fórmula de partidas aisladas. Un cambio importante se produce en 1834, con la incorporación de jefes militares y unidades regulares del ejército hasta entonces expectantes, que acaban transformando las partidas en ejércitos carlistas. Resultó emblemática la postura del coronel Zumalacárregui que aportó una perspectiva militar y animó las posiciones de los sublevados. La geografía de la sublevación ofrece una plataforma más sólida en el País Vasco y Navarra. A partir de 1837 el territorio vasco-navarro dejó de ser el escenario principal de la guerra, que se desplazó paulatinamente hacia el Maestrazgo y Cataluña, donde las partidas iniciales se han ido transformando en unidades militares más organizadas, y hacia Valencia y las dos Castillas con una menor intensidad.

Aunque el carlismo es heterogéneo en su composición social y en la interpretación de  sus principios doctrinales, actuó como aglutinante el principio de legitimidad y los postulados Dios, Patria y Rey, con la cuestión foral y la descentralización de fondo. Y todos coincidentes en su oposición a las alteraciones de naturaleza liberal, a las que asociaron incluso con cualquier tipo de reformismo, aunque fuera administrativo en sus planteamientos. En interpretación de Manuel Azaña,

                         la guerra no fue dinástica, sino una guerra de asimilación, no sólo con el                       sentimiento religioso más potente en las vascongadas, y desacreditado en                        Madrid, sino con el orden administrativo contra los fueros vizcaínos y las                     tradiciones vascongada[1].

 El régimen foral significaba en las zonas más proclives a la sublevación la descentralización secular del Antiguo Régimen, amenazada por la vocación centralizadora del Estado liberal. La legitimidad era percibida, no sólo en términos de derechos dinásticos, sino como atentado a un modelo de funcionamiento social y económico específico.

El carlismo surgió así, como un intento desesperado de resistencia de los grupos perjudicados o marginados por el cambio político y socioeconómico que se quería imponer con el liberalismo. Dicho cambio, impulsado por la alta burguesía y la minoría ilustrada que residía en las ciudades, cuyos intereses se veían favorecidos por la implantación del nuevo régimen. Además, contaba con el respaldo de una parte importante del ejército. La reacción se expresó mediante la contrarrevolución, es decir, la oposición armada.

El fracaso de una insurrección generalizada en todo el país, que hubiera supuesto la derrota del legitimismo isabelino, transformó el levantamiento en guerra civil, obligando al cambio  de esta táctica insurreccional hacia una concentración militar en aquellos territorios más sólidos, País Vasco, Navarra, norte de Cataluña y el Maestrazgo, sin que ello supusiera el abandono de una estrategia de expansión a todo España, que en 1836-37 se basó en las expediciones militares que recorrieron buena parte del país.. Fracasado este nuevo ensayo, la opción carlista consistió en un nuevo repliegue a los espacios tradicionales. La imposibilidad de una victoria militar definitiva por alguno de los dos bandos prolongará el conflicto hasta 1839-40. Además de disensiones en las que se entremezclaban cuestiones personales e ideológicas. A estas alturas se hizo evidente la imposibilidad de una victoria militar definitiva. La consolidación del ejército liberal y el mayor protagonismo de los partidarios –los denominados transaccioncitas– de una fórmula política próxima a lo que significaba el Estatuto real de 1834 y el respeto a los Fueros, encabezados por el jefe de las fuerzas carlistas, general Maroto, favorecieron el final pactado de la guerra. El 31 de agosto de 1839 el Convenio de Vergara entre Maroto y Espartero daba por concluido el conflicto en el territorio vasco-navarro. Espartero se comprometió a trasladar a las Cortes la cuestión del mantenimiento del régimen foral, además de aceptar la integración de oficiales y jefes carlistas en el ejército liberal, con el reconocimiento de grados militares. Carlos María Isidro traspasaba la frontera francesa.

EL FORTÍ VINARÒS INTERCULTURAL

https://es.slideshare.net/ElForti/forti-junio2023pdf

[1] AZAÑA, M. Dos visiones de España. p.90, Ed. Gutenberg, 2010. En el discurso en defensa del estatuto de Cataluña. Diario de Sesiones de las Cortes españolas 27 de mayo de 1932, Azaña aboga por esta descentralización que según él impidió el Estado liberal.

 

Comparteix

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies