Vinaròs News

Històries d'avui en dia

MANUEL MILIAN  En muy pocas ocasiones los ciudadanos de la península ibérica hemos gozado de una sarta de despropósitos y de más que mediocres...

MANUEL MILIAN 

En muy pocas ocasiones los ciudadanos de la península ibérica hemos gozado de una sarta de despropósitos y de más que mediocres políticos y gobernantes como ahora. Mucho me temo que en déficits de calidad personal superan en mucho a la desdichadamente trágica floración de los políticos de la 2ª República. Por el momento el calificativo de ignorantes pretenciosos acumula razones día a día con el escándalo de sus pícaras desvergüenzas académicas. Doctorados que se diluyen , plagios que ni se contemplan, licenciaturas a medida, masters que se funden de la noche a la mañana en perfecta coherencia con la teoría de Zygmunt Bauman sobre la Modernidad líquida ¿Cómo no va a ser líquida una sociedad que se suicida al desterrar todos los valores que la hicieron poderosa y líder de Europa? ¿Cómo no va a imponerse la picaresca, la mangancia, la granujería, entre los supuestos -y denostados- líderes de la gobernación y de la política?

Lo que vivimos ahora con la corrupción y la esquizofrenia de los títulos universitarios y el compadreo de determinadas instituciones académicas es sólo el trasunto de una maldita verdad subterránea: el ocaso de la Ética. Con ella se bastaría para evitar desviaciones, corruptelas y fantasmagorías aparentes. Sin ella, todo es posible, incluso leyes injustas, procedimientos judiciales desproporcionados, ligereza en las penas, futilidad en los hechos que deberían establecer límites y fronteras que hicieran imposible, o improbable, la transgresión. La madre de este despropósito social tiene un nombre: el relativismo moral que implantan esos progresismos falsos que buscan distintos objetivos de los que predican.

Hoy los políticos de la Iberia (castellanos, andaluces, catalanes, vascos, gallegos, etc.) o adolecen de una gran penuria moral o arrasan con la imposición de sus intereses personales sobre una sociedad violada, maltratada en nombre de una oligofrénica Democracia. No se me antoja que lo que vemos sea una verdadera Democracia, en todo caso manoseada y violada por perversos egoísmos que pretenden ser de interés general. ¿Alguien se ha formulado seriamente la doctrina del bien común? La gobernación es una lucha por la conquista y el disfrute del Poder, como sobradamente se demostró en la inutilidad paradigmática de Rajoy; y aún más en ese todavía inexplicado proceso del prostituido asalto al gobierno que se llevó a cabo con la reciente moción de censura

¿Cuáles son los genuinos intereses que se amasaron para semejante pucherazo? ¿Quién está en las bambalinas para matrimoniar semejante bodrio “democrático”? ¿Intereses comunes o intereses de Poder? Ni Pedro Sánchez, ni Puigdemont, ni Pablo Iglesias, ni los amigos de Otegui (los de Hipercor), ni las diversas familias independentistas, ni los superparadójicos vascos del PNV (¡cómo recuerdo el menosprecio que les tenía Tarradellas!) se rigieron por un interés común, por el bien de la veracidad y del pueblo, sino por estrictas conveniencias individuales, por el “disfrute” del Poder y de sus rentas, por estrujar más la teta a su favor. Egoísmos que algún día habrá que justificar, depurar o procesar. ¿En verdad es esta la Democracia representativa strictu sensu? ¿A qué conflicto nos pretenden conducir este atajo de mediocres?

El actual sistema de partidos, su etiología interna, el proceso de progresión curricular, la carencia de una metodología que objetive los méritos, la muerte de la Meritocracia, la mentira como procedimiento operativo, la cuchillada o el codazo al compañero, la expulsión de los mejores y más dotados para la toma de decisiones con criterio, etc., etc. es la suma de factores que ha pervertido el código de conducta de esta clase política, y en consecuencia de este sistema. Lo que para unos es norma moral, para otros es objetivo a destruir. Lo que en verdad es, no debe serlo en una enmerdada sociedad pudibunda de la postverdad.

Es decir, de la supremacía de la mentira. Es decir, de la perversa lógica de Maquiavelo, en desfavor del “gobierno de los mejores” de Aristóteles. Es decir, la canalla visión de los ambiciosos amorales, no sólo ha pervertido las reglas de juego, sino que se monta el reglamento a su medida. Ínfima medida, por supuesto, pues ínfima suele ser su dignidad humana. A mi parecer, ni es Política, ni es Democracia, puesto que falla la idoneidad, se emborrona la Transparencia, y se persigue la prudencia que suele ser patrimonio de los expertos, los sabios y los viejos, como Platón definía en ese sentido a la clase política, que la República de Roma encarnó en el Senado. ¿Alguna sombra de Marco Tulio Cicerón, acaso? Ni sombras, ni cenizas.

Parece poco dudoso que esta democracia así entendida resulta más una mala obra de teatro, encarnada por actores tan escasamente dotados de dignidad y respetabilidad como ese maltrecho Willy Toledo, cuyo concepto de Democracia real la encarna Cuba; o es la visión dantesca de Democracia que nos proponen personajes tan singulares – e inconsecuentes en su privacidad – como Pablo Iglesias y su sistema arcangélico venezolano; o esa pieza no fácilmente calificable que parece soñar con la confrontación permanente, como Albert Rivera; o esa antología del desconcierto político que ha venido a ser el “enmendador” Pedro Sánchez que rige hoy la nación española sin rumbo y con criterios de absoluto pragmatismo. A Rajoy y su acólita Soraya Sáenz de Santamaría les reservo el silencio de los cementerios políticos porque mejor no retornen a escena.

Vivimos, pues, una mala obra teatral con muy deleznables actores. Ellos lo toman en serio para infortunio de los ciudadanos, que probablemente descubrirán algún día no lejano que la ilegitimidad moral de estos actores nos aboca a la tragedia. Todos los elementos necesarios para acudir a Valle Inclán en lo que él denominó “el esperpento nacional”.

Comparteix

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies