Vinaròs se queda sin “rocas”: cierra la pastelería que creó este popular dulce
LA NOSTRA GENTVINARÒSVINARÒS MAIL 9 maig, 2018 Vinaròs News
EMILI FONOLLOSA
Decir “rocas” de Vinaròs es decir uno de los dulces típicos que han contribuido a difundir el nombre de la ciudad y su repostería tradicional, que cuenta con exquisiteces como “el coc en tonyina”, el “pastisset” de Santa Catalina y el “llepolstí”.
Sin embargo, estas dulces rocas pueden haber pasado a la historia si no hay alguien que se anime a “heredar” su fórmula de elaboración y decida continuar preparándolas. Su creador, Juan Serra Pablo, se ha ganado una merecida jubilación y ha echado al cierre a una de las pastelerías más antiguas de la ciudad, que llevaba por nombre la del patrón vinarocense, “Sant Sebastià” y estaba emplazada en la Calle Mayor, la más comercial.
Probar las ”rocas” de Vinaròs era obligado para aquellos visitantes y turistas que quisieran conocer lo mejor de su gastronomía y repostería. Tan populares se habían hecho que para esta pastelería se habían convertido en “garantía de supervivencia”. “En estos tiempos modernos donde se pueden encontrar dulces y pasteles en gran número de establecimientos, suponían una seña de identidad para mi pastelería, lo cual me ha permitido que el negocio pudiera seguir” decía Serra, orgulloso de haber contribuido a difundir el nombre de Vinaròs por toda España y Europa (los turistas han sido la gran masa de su clientela).
Las rocas estaban hechas a base de merengue seco, miel y almendras. Aunque se asemejaban a los tradicionales “almendrados”, Serra tenía una fórmula específica que le daba un “punto diferente”, además de tener unas dimensiones algo mayores.
La ya fallecida abuela de la reina Letizia las conocía sobradamente; una vecina suya veraneaba habitualmente en Peñíscola y cuando regresaba a casa, siempre lo hacía cargada con más de media docena de cajitas de rocas, encargadas por la abuela.
“Cuando creé las rocas, lo hice pensando en dar un empuje a estos tradicionales almendrados porque parecía que no tenían mucha salida comercial, modifiqué la fórmula y la gente empezó a responder por lo que decidí registrar incluso el nombre” decía Serra. “Paseando por las Ramblas de Barcelona me he encontrado con familias llevando una cajita de mis “roques”. En el éxito de este dulce tenía una parte de culpa la calidad de la almendra usada, “por aquí tenemos la mejor almendra, la de marcona de Albocàsser, los mejores turroneros de Jijona vienen a l’Alt Maestrat a buscarla”. También la miel era de primera calidad, de romero y procedente de poblaciones como Sant Mateu, Xert, Catí…
Cocción lenta, durante una media hora era otro de los secretos para que quedaran exquisitas. “No es complicado elaborarlos, lo fue al principio cuando intentaba darle el punto diferente, no me resultó fácil pero una vez di con ello, prácticamente se hacían solas”. Darle este nombre fue porque “ya tienen una forma algo parecida a las rocas, además es un producto seco aunque se funda…. en la boca cuando te lo comes”. Era imposible ver dos rocas iguales y es que “como las hacía a mano, sin moldes, prácticamente cada una me salía de forma diferente”.
Eran llamativos los envases en los que se entregan las “rocas”, tienen una decoración muy vinarocense; aparece una fotografía de la torre campanario y luego de la ermita. En los últimos tiempos, la imagen era la del patrón, “el morenet”. Serra ha estado 30 años “entre rocas”, aunque dedicado al oficio de pastelero ha pasado media vida (50 años) y muchos de ellos al frente de la susodicha pastelería, que ya ha pasado a la historia como también las “rocas” si no surge alguien que quiera “salvarlas”.