Una investigación sobre una pintura y un grafito de Catí desvela las relaciones comerciales mantenidas con Génova en el siglo XVI

EMILI FONOLLOSA, FOTOS MAR NAVARRO LLOMBART

La exhaustiva investigación llevada a cabo  por los historiadores Javier Hernández Ruano y María Carmen Sánchez López acerca de la emblemática pintura y un grafito descubiertos hace 27 años en las paredes de la antigua Sala Capitular de Catí ha permitido sacar a la luz las relaciones comerciales que se mantenían con Génova a principios del siglo XVI.

La relevancia de la obra y su situación en un lugar privilegiado de la Sala del Consejo de la Villa expresan la voluntad de manifestar públicamente ante los antiguos vecinos de Catí la importancia del comercio que a inicios del siglo XVI previsiblemente se mantuvo con la ciudad italiana, según concluyen Hernández y Sánchez.

El trabajo de investigación “De Catí a Génova: pintura y grafito de una ruta comercial de lana valenciana entre los siglos XV y XVI” fue presentado este pasado lunes 12 de agosto, en el marco de las fiestas mayores  de esta población del Alt Maestrat.

Detalle de la pintura, imagen de una galera de la época de Carlos V

Es la primera vez que se ha afrontado el análisis e interpretación de las escenas representadas, a pesar de que el hallazgo accidental de los numerosos grafismos y pinturas en las paredes de la estancia se produjo en el año 1997 durante la realización de unas obras de rehabilitación.

Los autores de la investigación destacan que por su temática, no se trata de una manifestación plástica cualquiera. Está vinculada al que fue posiblemente el fenómeno socioeconómico local más relevante de sus siglos medievales y la época del emperador Carlos V, esto es, el impacto que produjo el comercio internacional que sostuvo la localidad mediante la venta de su producción lanera.

Desde la llegada de los cristianos al territorio en el siglo XIII se asentaron en el territorio agentes comerciales de diferentes regiones francesas e italianas en busca de materias primas, pero a medida que avanzó el siglo XIV se fue acentuando la compraventa de lana. La inyección de capital italiano alcanzó su cénit entre finales del siglo XIV y la primera mitad del siglo XV, enriqueciendo a los mercaderes tanto de la zona de Els Ports como del Maestrazgo de la Orden de Montesa y otras áreas interiores del reino de Valencia.

Resaltan estos dos historiadores que un magnífico grafito (entre otros) que se halla en la misma Sala Capitular representa una parte de la mentalidad de aquellos mercaderes que se enfrentaban a grandes riesgos en sus empresas mercantiles: una nao lanza al mar un conjunto de fardos de lana en medio de un temporal que desarbola el navío mientras trata de arribar a un puerto.

La pintura objeto de estudio, que ocupa gran parte de una de las paredes principales de la Sala del Consejo, presenta unas características, tanto en su técnica de ejecución, como por la escena representada, que la hacen singular, no solo respecto a los demás grafitos que proliferan en la estancia, sino también en comparación con otras representaciones plásticas que han sido investigadas en diversas localizaciones del norte de la provincia de Castellón. Las conclusiones obtenidas dan respuesta a tres interrogantes: qué se observa, en qué rango cronológico pudo realizarse la pintura y cuál podría ser la localización de la escena.

La pintura muestra, a grandes rasgos, una galera mercante navegando en la proximidad de una ciudad amurallada que luce engalanada y festiva dando la bienvenida a la embarcación, como así muestran los tres personajes representados.

Nave de la segunda mitad del XV o primer mitad del XVI

DATACIÓN DE OBJETOS

El detalle de la ejecución ha permitido la datación de determinados objetos, estableciéndose que la realización de la pintura no pudo ser factible con anterioridad al año 1510, es decir, en un momento posterior a la época más floreciente del comercio lanero catinense. En cuanto a la localización, las características arquitectónicas de los edificios representados y el emblema que aparece en los numerosos gallardetones que adornan la ciudad dirigieron las indagaciones sobre las ciudades del norte de la península italiana con las que Catí, junto con otras localidades del antiguo término general de Morella y del Maestrazgo, mantuvieron relaciones comerciales para la exportación de lana.

Un exhaustivo análisis de las cartas náuticas y de las representaciones iconográficas de las ciudades italianas situadas en ese ámbito territorial han permitido plantear que la ciudad que aparece en la pintura sería Génova, poniéndose así de manifiesto la complejidad de los vínculos mercantiles establecidos por los comerciantes catinenses en ese periodo histórico.

La exposición coloquio de esta investigación fue celebrada con un éxito notable de asistencia y toma ese testigo llamando la atención sobre el legado cultural y artístico que Catí conserva.

La investigación ha sido publicada en la revista electrónica El Futuro del Pasado de la Universidad de Salamanca, pudiéndose acceder a su lectura a través del enlace https://doi.org/10.14201/fdp.31436

A la izquierda, los dos autores, a la derecha la alcaldesa de Catí Mamen Gámiz y el dinamizador cultural Paco Segarra