Reencuentro de descendientes de Vinaròs emigrados a Argentina: ¡El Aroma del Tiempo!

Ma CECILIA LLADSER (*), Río Cuarto (Argentina)

Quizás, en estos tiempos que corren nada mejor que reunirse para compartir una charla, un tejido, una lectura, una caminata, una película o una actividad cualquiera. Los pretextos sirven en realidad para reencontrarse, y así fue como nos decidimos a organizar, reunir a todas los parientes de las familias Lladser, es decir reunirnos con nuestros Primos.

Por ello con Alejandra, Noemí Lladser, en su espacio de Salud, volvimos a recrear y recordar el proyecto, que los trajo desde Vinaròs a nuestros ancestros. Ellos formaron parte de las 125 familias que llegaron a principios del siglo XX a la Argentina y precisamente a la ciudad de Río Cuarto, provincia de Córdoba.

Ellos eran; José, Lladser,[1] bisabuelo de Alejandra, Noemí Lladser.  Agustín, Lladser, nuestro abuelo, con sólo 13 años y con el pasaporte de un familiar de la Madre de apellido Esteller. Nombre emparentado a su madre de pila, Rosa, Miralles Esteller. Cabe mencionar, que en esa época los pasaportes no tenían foto y además no había demasiado control sobre los menores que se embarcaban solos, desde un puerto.

En tanto, la única hermana mujer, Rosa Lladser de Agramunt, abuela de Rosa y Angelita Paglioni Agramunt, Lladser, vino embarazada de Victoria, que nació aquí, en nuestra ciudad. La acompañaba su esposo al que llamaban, cariñosamente; Tío Colero, instalándose, en uno de los sectores de quintas para los inmigrantes,  por ese entonces, Villa Dalkar.

Todos ellos llegaron a estas tierras de la Pampa Húmeda, en la provincia mediterránea de Córdoba, en Argentina, cuando despuntaba el siglo XX. Tambíen hay que destacarlo, que las circunstancias y contextos sociales, políticos, culturales eran, y son, muy diferentes a los actuales.

Por esa época,[2] en la Argentina a los primeros inmigrantes que llegaron el Estado Argentino, durante la Presidencia de Nicolás Avellaneda, otorgaba tierras[3] mediante la Ley N° 816, a partir de1876 para que las mismas fueran trabajadas y pudieran de esa manera sostener, desarrollarse en una actividad económica y amparar a una familia propia, numerosa. Y ello también permitiera dar albergue, aunque transitorio, a los paisanos que llegaban buscando pasar unos días, reponerse y seguir camino a otros campos o provincias, en busca de trabajo y mejor paga.

Por ello, frente a todos estos recuerdos, advertir, no obstante, actualmente la escasa relación entre parientes, personas conocidas, con algunas prácticas familiares o de vínculos amorosos de conexión _desconexión, escasos compromisos para sostener una relación[4]. Sin por ello decir que todo pasado fue mejor… La ida de algunos jóvenes, la de algunos parientes y amigos de irse
a como sea, al extranjero, y desde los medios de comunicación alentando a estos últimos, nos hizo más que pensar. Fundamentalmente recordar ¿cómo llegaron nuestros antepasados cuando no había celulares, ni tablet, la comunicación era por telegrafía o cartas? La población, en su mayoría era rural, sin luz y casi sin servicios Y la aviación hacía sus primeros ensayos de vuelo.

Entonces… nos volvimos a [enamorar], si, nos volvimos a enamorar del proyecto de nuestros abuelos, de nuestros antepasados, hicimos de sus anécdotas, dichos; nuestra alegría.

Por lo que la emoción, los recuerdos debían compartirse y que mejor entonces que autoconvocarnos con nuestros familiares Lladser y sus descendientes. ¡Vaya la invitación de reunirnos para el 21 de Mayo, almuerzo con algo de mariscos…como la mar de Vinaròs!

Quisimos reunir a nuestras familias, primos, [5]amigos de las familias, los que fuimos a Vinaròs para el Hermanamiento con nuestra Ciudad y, sobre todo, que los tataranietos nos conocieran y nos vieran reunidos compartiendo la memoria historiada y la apuesta a la Vida plena![6]

¡Pasar el legado…compartir para dejarnos mirar[7] y ser mirados!

(*). Ma Cecilia Lladser Representante de los descendientes vinarocenses, en Río Cuarto. Córdoba, Argentina. A días del Invierno 11 de Junio de 2023.

Fotos: detalles entregados durante el encuentro de los Lladser

[1] José, llegó a la Argentina con su cuñado Agramunt, luego de permanecer, en un campo a 20 km[1] de Río Cuarto. Tras constatar, que los campos eran grandes extensiones planas, doradas de trigo y que la paga era mejor que la de su país de origen, regresaron a la Argentina nuevamente ahora sí, con sus familias

[2] Entre 1876 y las primeras décadas del siglo XX

[3] Aproximadamente 50 hectáreas.

[4] Volver sobre lecturas como las de Amor Líquido de Bauman, el Malestar de la Cultura o el Hombre Unidimensional, entre otros ayudan a comprender, aunque no tan rápidamente algunas de las características de nuestros tiempos.

[5] Logramos reunir a más de 71 familiares y diez más avisaron las razones por las cuales no podían estar presentes ese día.

[6] Llegaron desde el sur del país, desde la Patagonia, Rada Tilly, en Comodoro Rivadavia; Lago Puelo, en Chubut; desde Buenos Aires, San Isidro, Don Torcuato; desde Córdoba, nuestra capital provincia; desde Villa Mercedes y Naschel, Provincia de San Luis.

[7] Mirar… significa y _ o como Cuidar, atender, proteger, amparar o defender a alguien o algo. Tener algo en gran estima, complacerse en ello. Tener mucho amor y complacerse en las gracias o en las acciones de alguien.

Tener algo, en gran estima, complacerse, en ello. Tener mucho amor y complacerse en las gracias o en las acciones de alguien.

Reencuentro en Río Cuarto (Argentina) de familiares de descendientes de Vinaròs

https://news.vinaros.net/v10/especials/riocuarto/riocuarto.htm