BARTOMEU ROIG
El incivismo alcanzó hace unos días sus máximas cotas en Peñíscola, con la aparición de un pintada hecha con espray en un tramo de la muralla renacentista. Lamentablemente, no es la primera vez que ocurren hechos así, aunque en esta ocasión se produce en un lugar de elevada afluencia de gente, como la Plaça de Bous.
Como era de esperar, las redes sociales han ardido, al igual que las conversaciones en la calle, para mostrar su indignación. Mientras algunos hacen referencia a «la barbaridad» de lo ocurrido, otros preguntan por la educación de quien ha sido capaz de cometer semejante acción. Y es que no se trata solo de una pintada que afecta a la vía pública, sino de un daño contra el patrimonio. Por eso, algunos advierten de las posibles consecuencias futuras en este tramo de piedras que ha resultado afectado.
En el Ayuntamiento indican que en el momento que detectaron la agresión se pusieron en contacto con la arquitecta responsable de los trabajos de restauración de la muralla, Pepa Balaguer, para seguir las indicaciones necesarias». Por el momento, no se conoce la identidad del autor de esta acción, ya que en esta zona no existen cámaras de vigilancia. Tampoco consta que alguien se haya acercado a la Policía Local para aportar testimonios. Hace unos años aparecieron una serie de pintadas en un paso de ronda, cerca del portal de Sant Pere.
Borrar el rastro dejado por la pintada supondrá la contratación de una empresa especializada en actuaciones patrimoniales. El primer tratamiento, realizado por operarios de la brigada de obras, de baja intensidad para no dañar las piedras, consiguió mitigar el impacto, pero no suprimirlo del todo, por lo que el Ayuntamiento deberá emplear una vía alternativa. Desde el consistorio señalan que han contactado con la empresa Cyrespa, que se encargó de la restauración del tramo renacentista de la fortificación hace unos años. «El lunes vendrán con operarios y maquinaria», indican. El sistema contemplado supone la aplicación de sílice para hacer saltar la suciedad de la pintura del espray con el mínimo efecto abrasivo posible. En función de ello dependerá el coste económico de la intervención.
La aparición de la pintada causó estupor no solo por la manera en la que afecta al entorno monumental de Peñíscola, sino también por haberse hecho en un espacio de elevada presencia de gente, como la Plaça de Bous. Por el momento, se desconocen datos sobre la autoría, ya que en la zona no hay cámaras de seguridad ni consta la existencia de testimonios de la acción.