Mercado de Vinaròs: un encanto seductor para los turistas

JUAN JOSÉ BENITO

La mayoría de personas que hacen turismo en una ciudad, si ésta cuenta con un mercado lo visitan. Es, sin duda, un punto neurálgico de la población y donde uno puede hacerse la idea de la localidad en la que se encuentra. El mercado municipal de Vinaròs es un atractivo para los turistas que visitan esta ciudad del Baix Maestrat y se quedan sorprendidos, tanto por su peculiar arquitectura como por los productos que ofrecen los vendedores.

El edificio data de los años 20 y es obra del arquitecto castellonense Francisco Tomás Traver. Se levantó en el solar donde se encontraba el convento de San Agustín y se trata de un edifico de esquema basilical con las características de funcionalidad para el que está destinado. El inmueble del mercado está realizado con elementos de fundición, siguiendo una línea pseudomodernista, lo que llama mucho la atención a quienes lo visitan. El mercado se inauguró en 1929, y en 1986 se amplió en su parte trasera, creando dos nuevos accesos al mismo por el paseo marítimo y la calle Santa Rita. Ya más recientemente, a mediados del 2011 y tras unas obras de reforma que se iniciaron el año anterior, el mercado vuelve a abrir sus puertas para quedar como se conoce actualmente.

El edificio era el centro comercial de la ciudad pero con el paso de los años, principalmente con la llegada de los supermercados e hipermercados, fue decayendo y muchos vieron peligrar su existencia. Tras años de incertidumbre y obras (cabe recordar que en 2010 se traslado a la calle San Pascual por las obras de renovación), parece que vuelve a ser un foco comercial de primer orden. Al esfuerzo de los vendedores, se ha unido el Ayuntamiento de Vinaròs ,que apuesta por esta instalación comercial, que late con fuerza ahora que acaba de cumplir seis años desde que se reabrieran sus puertas tras la última remodelación. En este recinto uno puede encontrar carnicerías, pescaderías o fruterías, paradas típicas de los mercados, así como otras de quesos y embutidos congelados o de comidas preparadas, además de una panadería, una pastelería, un bar e incluso una floristería.

El producto estrella

Sin lugar a dudas, los langostinos son el producto estrella, sin despreciar a resto de productos del mar, en cuanto a las pescaderías. En las carnicerías y paradas de embutidos y quesos, no falta la carne de Morella o los quesos de Catí y Benassal. Del mismo modo, un sinfín de productos de proximidad y del llamado kilómetro cero, como las naranjas y mandarinas de los campos vinarocenses.

Pero el mercado de Vinaròs tiene otros atractivos para el turista, que realzan todavía más su importancia como símbolo emblemático de la ciudad. Entre esos encantos se encuentra una zona de lectura, donde se puede consultar la prensa, además de una zona lúdica para los más pequeños.

El histórico inmueble también cuenta con un espacio culinario, dotado con una moderna cocina, en la que se realizar talleres y demostraciones, como la del Tast del Territori, que acerca los productos típicos de nuestras comarcas. A todo ello, se aprovecha un espacio interior cubierto para organizar diferentes exposiciones.

Sin ir más lejos el viernes se celebró una fiesta con motivo del sexto aniversario de su reapertura, con mucho ambiente en el recinto.