La rogativa de Catí rompe el ancestral veto a la presencia femenina

FRANCESC SEGURA

Tras dos ediciones suspendidas por la pandemia, los vecinos de Catí han vuelto a vivir este fin de semana una rogativa a Sant Pere de Castellfort muy especial en varios aspectos.

Por una parte, y según está documentado en el archivo provincial, el año pasado se cumplía su 700º aniversario. Fue entonces cuando el catinense Arnau Segarra otorgó en su testamento parte de su legado a la rogativa. Por otra, tras siete siglos de veto a la presencia femenina a la hora de ocupar cargos en la peregrinación, Vanesa Celma, profesora y juez de paz del municipio, fue ayer sábado  la primera mujer que lo ocupara. Será la cantadora que, con su compañero Ángel Roca, acompañen al cura que preside la rogativa cantando los cánticos de costumbre.

Entre rosarios, letanías de los santos y Oh Vere Deus que se magnifican con el eco de los barrancos, los romeros llegaron al atardecer a Sant Pere de Castellfort, donde pernoctaron, no sin antes reponer fuerzas con un buen plato de fesols i arròs cocinado en grandes calderas de cobre. Con motivo de la efeméride, está previsto que hoy domingo haga el camino de regreso presidiendo la procesión el obispo de Tortosa, Enrique Benavent Vidal. También ha confirmado su presencia el presidente de la Diputación, José Martí.

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