Inés Teruel Llinares: graduarse en Química en Polonia
LA NOSTRA GENTVINARÒS 4 setembre, 2017 Vinaròs News
EMILI FONOLLOSA
La vinarocense Inés Teruel Llinares, quiso darle un giro al final de su carrera de Grado de Química y por ello apostó por dejar las aulas de la Universidad de Barcelona e irse a Polonia, donde recientemente acabó el último curso. Inés se empeñó en vivir una experiencia estudiantil en el extranjero, aunque no pudo escoger su país preferido.
En el momento de solicitar el Eramus, debía escoger cinco países, ordenados por preferencia. Su primera opción fue Suecia, pero en aquel momento su nivel de inglés no era el requerido (B2) y este requisito es fundamental, así que fue saltando por prioridad y el único país en el que aceptaban su nivel era Polonia. “En un principio no me gustó la idea porque mi orden de preferencia lo puse según el orden en el que me gustaban los temas del Trabajo Fin de Grado (TFG) en las respectivas universidades y Polonia era mi última opción, pero ahora que estoy aquí no me arrepiento de nada y sin duda ahora sería mi primera opción” como nos relataba desde ese país, vía correo electrónico, antes de acabar el curso y volver a casa. Inés estaba en Szczecin, a solo dos horas de Berlín, en autobús, “lo cual es perfecto para viajar a cualquier punto de Europa”. En Polonia, mientras preparaba el TFG, cursaba optativas, una de cosmética y otra de análisis de comida contaminada. “Mi TFG consiste en sintetizar unos compuestos químicos llamado benzofuranos, son anticancerígenos y estamos intentando sintetizarlos sin usar reactivos que afecten al cuerpo humano, sería como un proceso de “química verde’’ (sostenible)”. Este trabajo lo llevaba a cabo con una estudiante de doctorado de su facultad allí en Polonia y supervisado por otra profesora. Una vez ha acabado su estancia en Polonia, concretamente en la universidad de nombre muy complicado de escribir (Zachodniopomorski Uniwersytet Technologiczny w Szczecinie), pretende realizar un master en la Universidad de Barcelona y “si pudiera ser al finalizar el máster iniciarme con el doctorado en química analítica, al igual que el máster”. A Inés no le ha resultado complicado amoldarse en Polonia, “no es nada difícil, porque aquí somos muchos españoles, pero los polacos no son tan abiertos como nosotros. Una de las cosas más buenas que tiene esta Universidad es que a cada erasmus le asignan un “buddy’’ . Un buddy es una persona polaca que vive aquí, sabe inglés perfectamente y se encarga de mí en todos los aspectos… me vino a buscar el primer día que llegué y si tengo cualquier problema siempre recurro a ella, es de gran ayuda” también contaba desde Polonia.
VIDA BARATA
Allí todo es muy barato. No tienen el euro sino el zloty (1 EU= 4,2 PLN). “Comer aquí puede costar como muy caro unos 4 euros y nosotros normalmente vamos a comer todos los días fuera porque al lado de mi Universidad tenemos un bar de estudiantes donde comemos por 2 euros máximo, con mucha comida”. Ir de fiesta tampoco sale caro, “entramos a todos los sitios gratis por tener la tarjeta de la Universidad o por ser Erasmus, consumir en la discoteca también es económico y cuando nos queremos volver a casa o movernos por la ciudad, siempre lo hacemos con taxi, el viaje más largo que he hecho, unos 15 minutos, me costó solo 2 euros”. En cuanto a las rutinas, nos contaba que el horario de la comida es completamente diferente, “aquí sobre las 12-13 del mediodía se toman un sándwich/sopa, sobre las 16h de la tarde comen como sería una comida nuestra normal y por la noche si queremos ir a cenar por ahí sobre las 21 h la cocina está ya cerrada, lo cual significa que cenan muy pronto y poco”. El plato típico son los “pierogies” (consiste en pasta rellena de diferentes variedades de vegetal, es similar a los ravioli)) y la sopa “zurek” en un pan, muy típico polaco. Al ser un país del norte de Europa todo es con mucha grasa, sopas muy consistentes, todo acompañado con salsas fuertes, y les gusta mucho el picante. Otra cosa que también nos resalta es que una noche de fiesta acostumbra a comenzar sobre las 10 de la noche, y a las 4 o 5 de la mañana como muy tarde las discotecas cierran. El tiempo es un gran inconveniente, “desde que estoy aquí he visto el sol 3 veces, siempre nubes y lluvia. Estamos en mayo y las máximas son de 17, hace frio”.
Preguntada sobre el carácter de los polacos, remarcaba que es “como el tiempo, es gente seria, aunque obviamente también hay gente más simpática. Además, el idioma es muy difícil y no les gusta que no hables polaco, muy poca gente aquí habla inglés y para nosotros a veces puede ser complicado comunicarnos”. Inés estaba en clase de 9 a 13 horas, bien sea con el TFG o con las optativas. Por las tardes si debía estudiar iba a la biblioteca, “aquí a los erasmus nos lo ponen todo muy fácil y casi no tenemos nada que hacer”, y después al gimnasio. Por la noche, todos los días tenía tiempo de convivir con sus compañeros, “aquí los días fuertes para salir son los martes y jueves, nada del fin de semana, una cosa un tanto extraña”. Szczecin es una ciudad con uno de los puertos más importantes en Polonia y que da trabajo a muchos de sus habitantes. Para llegar hasta su punto de destino desde España, se toma un avión a Berlín, en su caso desde Barcelona. Una vez se llega a la capital alemana, quedan dos horas en autobús hasta Szczecin. En un país como es Polonia con un nivel económico bajo, “se persigue una mejora desde el punto de vista económico, ya que están por debajo de los países del resto de Europa; aunque no tenga muchos datos de esto, así creo que es por lo que veo al ver lo barato que es todo” concluía Inés.