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El cultivo de pistachos llega a la provincia castellonense El cultivo de pistachos llega a la provincia castellonense
MIGUEL AGOST (fotos B.ROIG) Considerado como el nuevo oro verde, el florecimiento de pistachos en la provincia, gracias al impulso del emprendendor vila-realense Manuel... El cultivo de pistachos llega a la provincia castellonense

MIGUEL AGOST (fotos B.ROIG)

Considerado como el nuevo oro verde, el florecimiento de pistachos en la provincia, gracias al impulso del emprendendor vila-realense Manuel Bort, abre un abanico de posibilidades muy interesante en el campo de la agricultura para el futuro, al tratarse de uno de los cultivos con más rentabilidad del mercado. No obstante, una de las marcas de relevancia en la materia, Pistachos España, proyecta la posibilidad de impulsar una planta de producción relacionada con este fruto seco en algún lugar de la geografía castellonense.

«Teníamos claro que la apuesta de Bort iría bien, porque estudios de clima presagiaban que Castellón podía ser una zona idónea para nuestra variedad, la mateur. Por eso, estudiamos instalar una nave de procesado y envasado para favorecer la expansión del pistacho de aquí, al ser un negocio que aporta seguridad, rentabilidad y que no usa productos fitosanitarios», destaca Mariano Romero, gerente de la compañía que suministra los plantones. 

El también empresario de Vila-real arriesgó con la explotación de este fruto adquiriendo terrenos en Alcalà de Xivert, Alcossebre, Burriana y su localidad de origen. En las dos primeras ubicaciones ya han comenzado a florecer sus cultivos, tras cuatro años de espera. «En el 2019 confío que salgan las otras propiedades ya que, por el momento, la evolución es buena». Actualmente, este aficionado a la agricultura posee 6 hectáreas, pero planifica ampliar parcelas. «Tengo 5.000 árboles y la idea es sumar 2.000 a corto plazo, mediante más fincas en Alcalà o en Torreblanca», presagia. El secreto del éxito, según Bort, es «tener paciencia», y subraya el aprovechamiento de campos de naranjos en desuso. «Es un ciclo largo, pero ya se comprueba que genera riqueza y, en estos inicios, la mitad de lo saque lo dedicaré a inversión». Cabe recordar que ha gastado ya 195.000 euros que prevé amortizar en pocos años.

El pistacho, que pretende relevar al olivo en a ganancias, como ya intentan en puntos de Castilla-La Mancha o Andalucía, tal y como calculan los expertos, puede generar entre 6.000 y 9.000 euros por hectárea, al pagarse hasta a 7 euros por kilo. Romero apunta sobre este aspecto que «hay desconocimiento en esta materia, pero es un producto que no es perecedero, ya que sus árboles pueden durar más de 200 años, por eso, en estos principios en la zona de Castellón las partidas irán a una planta que tenemos en Hellín (Albacete), pero en 8-10 años podría ser ya necesario tener instalaciones de procesado en la provincia». A partir de Pistachos España, nacerá Pistachos Mediterráneo, firma lanzada por Manuel Bort tras jugarse su dinero con el fruto seco que puede revolucionar el sector agrícola.

«El que no arriesga no gana», según el emprendedor, a pesar de que un experto andaluz, Mariano Romero, responsable de Pistachos España, le garantizó el éxito de sus plantones. Y tampoco fue barato. La inversión inicial fue de 120.000 euros para adquirir 6 hectáreas y 75.000 euros por 5.000 árboles, a 15 el ejemplar. En total, 195.000 euros que espera amortizar en pocos años. Concretamente, en sus propiedades cuenta con la variedad más preciada en este sector, la mateur, que puede llegar a pagarse a 7 euros el kilo, y es típica de Irán. De hecho,

En la Comunitat Valenciana, según fuentes de la Unió, solo se conocen plantaciones en Utiel-Requena y Los Serranos. Pero en estas zonas predomina la variedad americana, al igual que en Castilla-La Mancha. Por tanto, Bort demuestra con su insistencia que la provincia tiene condiciones para este fruto. «Queda claro que se puede hacer aquí, junto al mar, y ser lo más rentable después de la trufa en la provincia», afirma el agricultor. «Las temperaturas templadas van bien y, además, solo necesitan agua, y una vez comienzan a florecer, pueden tener una vida de unos 200 años, sin utilizar productos químicos», según Romero, proveedor de los árboles.

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