Vinaròs News

Històries d'avui en dia

Así pasan su aislamiento por el coronavirus las poblaciones pequeñas Así pasan su aislamiento por el coronavirus las poblaciones pequeñas
JAVIER ORTÍ El confinamiento por el estado de alarma debido a la pandemia del covid-19 se sobrelleva, aunque sea paradójico, de muy diferentes maneras,... Así pasan su aislamiento por el coronavirus las poblaciones pequeñas

JAVIER ORTÍ

El confinamiento por el estado de alarma debido a la pandemia del covid-19 se sobrelleva, aunque sea paradójico, de muy diferentes maneras, según donde residas. Esta forma de vivir excepcional es particularmente extrema en los pequeños municipios del interior de Castellón, habituados a la reclusión, pero cuya preocupación aumenta en esta crisis por la falta de recursos.

El principal factor para que estas localidades redoblen las medidas de aislamiento es el alto número de gente mayor que vive en ellos. Así, en poblaciones como Castell de Cabres, Herbers, Ares o la Todolella, ayuntamientos y vecinos han ideado medidas adicionales para prevenir al máximo la entrada del coronavirus en sus casas. En Herbers, como explica su alcalde, Daniel Pallarés, han modificado algunos hábitos: «El camión del butano deja las bombonas en la entrada del pueblo; desde el Ayuntamiento vamos hasta allí, las desinfectamos y se las llevamos a las casas de los vecinos».

Un ejemplo similar lo encontramos en la Todolella. «Nuestro alguacil realiza la compra para los vecinos mayores y se la traemos a sus casas, evitando que tengan que salir a la calle», explica su alcalde, Claudio Guardiola. «También les bajamos la basura y estamos a su disposición para cualquier necesidad que les pueda surgir», añade. Además, han repartido más de 1.000 kilos de naranjas entre sus vecinos. «Hemos recibido una donación de cítricos y así reforzamos la ingesta de vitamina C en estos días tan complicados», comenta.

En Ares, el confinamiento está siendo especialmente duro por la falta de cobertura. Según explica su alcaldesa, Esther Querol, la coyuntura es extrema. «La mayoría es gente muy mayor, la sensación de desamparo es total», recalca. El consistorio ya ha trasladado la denuncia por los problemas de cobertura, pero, en el contexto actual, la situación es «crítica». Los días en Castell de Cabres, con seis habitantes (es el pueblo menos habitado no solo de la provincia, sino de la Comunitat Valenciana), serían prácticamente iguales que el resto, de no ser por las medidas por el covid-19. «Estamos acostumbrados a esta soledad, aunque tienes miedo porque la población es muy vulnerable», sostiene su alcaldesa, María José Tena, que se desplaza a Morella para atender encargos.

Comparteix

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies