M.AGOST-J.ORTÍ
¿Dónde está el gran macho montés que habitaba por los aledaños del castillo de Morella? Esa es la pregunta que se hacen los vecinos que ya se habían acostumbrado a su presencia en la zona peatonal del paseo de la Alameda. El animal, que merodeaba por la fortaleza, la muralla y les Roquetes del Puig, lucía una cornamenta imponente y desde el viernes 9 de noviembre, no se tiene constancia de su ubicación actual.
Entre sus seguidores están los padres de la guardería, que lamentan su ausencia. Lo más normal es que con la caída de los termómetros, el animal busque espacios más cálidos, aunque algunas voces insinúan que lo podrían haber cazado. El animal, acostumbrado a la presencia humana, no se espantaba en exceso ante los vecinos que pasean por este punto exterior al casco urbano. Unos ciudadanos que hace unos años ya se sorprendieron con la llegada del bautizado como Espartero, otro macho montés que buscó refugio en una cueva ubicada en el interior del castillo morellano. Su presencia en esta zona estaría justificada por la existencia de comida. «En esta época del año los machos se preparan ante la llegada del celo.
En la Alameda puede encontrar más hierba que en otras zonas que debido a la intensa sequía no tienen tanto alimento», apunta el guarda medioambiental, Joan García, quien destaca que «por los medrones de los cuernos y el tono de la piel, tendrá unos 11 ó 12 años. Y, por la cornamenta, sería una medalla de plata en la clasificación de los premios de caza.
El espectacular ejemplar solía ir acompañado de dos machos más jóvenes. Desde el consistorio, trasladaron en su día un mensaje de tranquilidad, pues no revestía peligro para la ciudadanía, pero, al mismo tiempo, reclamaron medidas a la Conselleria de Medio Ambiente por la superpoblación que advierten que existe de este animal salvaje. Incluso adjuntaron vídeos, como los publicados en www.elperiodicomediterraneo.com para demostrar el exceso de ejemplares.