José Ramón Ferreres
Lo habitual es protestar por los errores, hacer ver lo que mal se hace, reclamar lo que nos pertenece o nuestros derechos; y así debe ser.
Pero, de vez en cuando, dar una palmadita en la espalda, felicitar lo que bien se ha hecho, lo que funciona … ¡es que así debe ser! Si. Pero nunca (o casi nunca) lo hacemos. Presuponemos que como asi debe ser, para que agradecer. Reconozco (como muchos otros) que las conexiones ferroviarias de nuestra zona dejan mucho que desear, o – mejor – son un desastre; pero la experiencia me lleva a una felicitación a RENFE – ADIF (aunque os pueda parecer mentira).
Un servicio gratuito (“¿no me digas?”) que ayuda a las personas con movilidad reducida, a las personas mayores, a las madres con varios hijos, a quien lo necesite; a subir o bajar del tren. Con la sola condición de comprar el billete (evidente) y llamar por teléfono o solicitarlo en taquilla. Media hora antes de la salida del tren, una persona con su señalización especifica, aparece en la estación, pregunta por ti y te acompaña hasta tu asiento.
Así “por la cara” (como se suele decir) con una amabilidad exquisita y sabiendo lo que tiene entre manos: una rampa, un elevador, una plancha, permiten que los escalones se superen o se salve esos centímetros que quedan entre el andén y la plataforma.
En nuestra zona (para que no todo sean alabanzas) una sola persona cubre las estaciones de Benicarló y Vinarós. Por sus explicaciones (salió mi vena periodística) no siempre es fácil y tiene que usar de su logística, de su coche, del bus o del propio tren; pero está ahí, en donde la necesitamos. Consigue que la igualdad entre las personas que la necesitamos sea un hecho.
Y como soy de los que me gusta felicitar cuando así debe ser, lo hago aquí y directamente a la Central de ATTENDO en Madrid. Cruzar España en ferrocarril ha sido más fácil por no decir perfecto con su ayuda (acompañada de una sonrisa y del bien hacer de todos ellos/as). Seguiré usando el ferrocarril y el servicio Attendo: ¡seguro!