Carretera de la costa sur: sin cesión no hay reparación

JUAN JOSÉ BENITO, fotos E.F.

El Ministerio de Medio Ambiente no ha cedido la carretera de la costa sur al Ayuntamiento de Vinaròs después que en 2016 finalizara la concesión anterior. Una situación que obliga al consistorio a solicitar autorización para acometer cualquier actuación, como la instalación de fuentes para que los viandantes puedan beber. 

El primer teniente alcalde y concejal de Obras y Servicios, Guillem Alsina (PSPV-PSOE) ha subrayado que «en el año 2016 finalizó la concesión de esta carretera, entonces solicitamos una nueva concesión por veinte años, pero es aún hoy cuando no la tenemos». Alsina explicó que «la única respuesta que se nos ha dado es que el expediente está en Madrid, pero hace ya dos años y es incomprensible que aún no se nos haya contestado». «La carretera de la costa sur, hoy por hoy, depende directamente de Costas, del Ministerio de Medio Ambiente. Para hacer cualquier actuación tenemos que pedir permiso a Costas», añadía Alsina.

 El problema que existe en esta carretera es el puente del barranco Salines, «un puente que presenta importantes signos de deterioro por la erosión marina, debería construirse uno nuevo». Unos problemas estructurales que motivaron que el consistorio habilitara un paso peatonal en la zona más próxima al mar, donde está más afectado el puente, desplazando el tráfico más al centro.

Alsina dijo que «el hormigón de protección de la banda de rodadura de la playa esta descarnado, se ven los hierros.  En caso de no conseguir ayudas para derribarlo y hacerlo nuevo, tendría que ejecutarse con el fondo de contingencia que tiene el consistorio». El derribo y la construcción de un nuevo puente supondría una inversión de unos 200.000 euros, explicó el edil, quien se preguntaba quien se ha de hacer cargo de la actuación, si el Ayuntamiento de Vinaròs o Costas, de quien depende ahora la carretera. «En su día cuando se habló con Costas sobre si habría posibilidad de que se hicieran cargo de la obra dijeron que no había dinero, la carretera dependen de ellos, quien se debe hacer cargo del nuevo puente, y si pasa algo quien es el responsable», se preguntó el edil.

Asimismo, el primer teniente alcalde recordaba que este puente no es el único problema existente en la costa vinarocense, «las playas del Fortí y Fora Forat precisan de una importante aportación de arena, además de los espigones, en total suma inversión de unos seis millones de euros. No podemos olvidarnos de la constante erosión marina a nuestra costa, precisando medidas de protección tanto en la costa sur como en la norte». Así, Guillem Alsina recuerda que hay puntos, como la zona de Cala Puntal, que el mar se ha comido el vial que daba servicio a los propietarios de chalets para acceder con sus vehículos a sus propiedades. Además, la constante regresión de la costa amenaza con afectar a los jardines de sus parcelas.