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Al habla con Maria Josefa Caudet, de Alcanar, 30 años en el mercado de Vinaròs Al habla con Maria Josefa Caudet, de Alcanar, 30 años en el mercado de Vinaròs
XAVI FLORES Dicen los viajeros que una de las mejores formas de conocer una ciudad es acudir a sus mercados. Y nadie niega el ... Al habla con Maria Josefa Caudet, de Alcanar, 30 años en el mercado de Vinaròs

XAVI FLORES

Dicen los viajeros que una de las mejores formas de conocer una ciudad es acudir a sus mercados. Y nadie niega el  valor social que históricamente han tenido como puntos de encuentro, generando interacción social y contribuyendo a la vitalizar una ciudad. Un valor que, en gran medida, es gracias a gente como Maria Jose Caudet Sancho. Gente que conoce perfectamente lo que es el día a día en una parada en el mercado municipal de Vinaròs y su importancia social, y que son un ejemplo de constancia y dedicación plena.

Nacida el 20 de junio de 1950 en Alcanar, donde reside, Maria Josefa, ahora jubilada, ha sido desde el año 1986 vendedora en el mercado de Vinaròs, al que ha acudido a diario para atender su puesto de frutas y verduras cultivadas en tierras vinarocenses por su propia familia. Porque a María, su trabajo también le viene de saga familiar. Su madre ya vendía en Ulldecona, pero fue a través de su suegra, vendedora de fruta y verdura en Vinaròs, que se inició en la venta en nuestra localidad. Ahora, ya jubilada, su hijo pequeño continúa con la parada de Vinaròs, que sigue y seguirá llevando el nombre de María Josefa. Amable, sincera y atenta, ella misma nos recibe en el propio mercado municipal, que aún visita al menos dos días por semana y donde siempre se ha sentido como en casa.

¿Cómo empezó a ser vendedora en el mercado?

Mi suegra vendía en Vinaròs y mi madre lo hacía en Ulldecona. Tras casarme y cuidar a mis hijos empecé a trabajar en el mercado de Vinaròs, porque ya conocía el oficio de casa.

¿Recuerda su primer día?

Quizá no exactamente el primer día, pero si estos primeros años en que la plaza San Agustín estaba tan llena de vendedores y compradores. Eran otros tiempos, y desde entonces todo ha cambiado mucho, pero esos inicios los recuerdo muy bien. Los clientes ya me conocían  al haber estado antes mi suegra vendiendo y respondieron muy bien. Los mantuve, e hice de nuevos. Me ha ido siempre bien hasta la fecha y no me puedo quejar. En este sentido, estoy contenta.

Los productos, ¿los cultiváis vosotros mismos?

Si. Es género de la zona y de calidad, cultivado en nuestras tierras, como debe ser en un mercado municipal. Tenemos campo de naranja que aun cosechamos y también el resto de frutas y verduras en nuestra finca.

¿Perdurará su parada de Vinaròs con sus hijos?

Si. Cuando estuve enferma, hace seis años, les pregunté a mis hijos si querían que dejáramos la parada o continuábamos. Me dijeron que continuarían ellos, y me pareció perfecto, hay que ir para adelante. Y hasta hoy. Mi hijo mayor, que se encarga de las fincas, cogió la parada de Ulldecona, donde acude los viernes, y el pequeño la de Vinaròs y están contentos.

¿Qué es lo que más le ha gustado de su trabajo como vendedora?

Lo he hecho toda la vida, no sabría decirte, pero creo que lo que me gusta es el día a día como vendedora y el contacto con los clientes. Aún hay gente que recuerda a mi suegra y cuando estuve enferma todos me preguntaban cuando volvería.  Este tipo de cosas me emociona y al mismo tiempo dan valor a nuestro trabajo. En un principio acudía solo por la mañana y por la tarde ayudaba a mi marido, pero poco a poco fui bajando mañana y tarde y cuando los hijos se hicieron mayores también bajaban ellos.

El momento de la jubilación, ¿fue duro o tenía ganas de que llegara?

An vengo a Vinaròs de vez en cuando para ayudar a mi hijo, como algunos lunes, y el fin de semana. No pierdo el contacto con el mercado, y también tengo nietos, así que no tengo tiempo para aburrirme y todo es como una parte normal de la vida. No te negaré que tengo cierta añoranza, porque me he dedicado durante muchos años a esto, pero también creo que hay que dar paso a los jóvenes.

Durante todo este tiempo, el mercado ha pasado por momentos buenos y no tanto. ¿Cuáles han sido sus mejores momentos y cuál ha sido el peor que ha vivido como vendedora?

Creo que han sido años de un trabajo muy agradable, con el día a día con la gente, con los compañeros vendedores y los clientes, y eso es lo que me llevo. Siempre me he llevado bien con todos. Es verdad que hay días en que no estás bien, pero en este trabajo siempre digo que hay que dejar los problemas en casa y así lo he intentado siempre.

En cuanto a lo malo, no fue en la parada, sino un accidente que tuvimos cuando volvíamos a casa de Vinaròs en dirección a Alcanar. Era un sábado, y volvíamos mi marido y yo comentando que estábamos contentos con la venta del día. Eran las 4 de la tarde y en la rotonda del Sabeco que enlaza con la carretera de Ulldecona, un coche que bajaba a toda velocidad nos embistió. Fue un accidente muy fuerte, pero por suerte no nos pasó nada.

También el mercado en cuanto a recinto en sí, ha pasado por cambios, entre ellas una gran remodelación hace pocos años, cuando los vendedores tuvisteis que ser trasladados a un local provisional hasta que concluyeran las obras.

El chiringuito, como le decía yo. Bueno, era un lugar un poco justo e incómodo, pero estuvimos dos años y los solventamos bien, pudimos continuar hasta que nos trasladaron al actual mercado ya remodelado.

¿Te gusta la remodelación?

No se puede pedir nada más. Está muy bien y en una muy buena ubicación.

¿En qué situación diría que se encuentra actualmente el mercado municipal?

Como todo. Estamos en una situación difícil, yo de verdad no he conocido una crisis tan fuerte como esta. Personalmente, no me puedo quejar, pero es cierto que se ha notado mucho, y sobre todo da mucha lástima que se abran y cierren paradas continuamente, o que no haya tanta actividad comercial en la ciudad y cierren comercios.

¿Qué le diría a aquella gente que está pensando en iniciarse como vendedor en una parada del mercado?

Ojalá hubiera más paradas, pero entiendo  que hay que pensárselo mucho en estos tiempos. Lo entiendo perfectamente. Hay muchos impuestos y gastos, una inversión a realizar y llegar a final de mes es difícil, pero también es cierto que en el mercado hay facilidades y es un buen lugar para animarse a tener un negocio propio.

¿Qué aficiones tiene ahora que tiene más tiempo libre?

Disfruto de mis nietos, ayudo en lo que puedo en algún tipo de papeleo, si hay que ir al banco o al gestor, hago las tareas del hogar y si me sobra un ratito, hago mermelada casera de naranja.

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