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L’ última batalla de Cosme Covarsi, el militar vinarocense más laureado L’ última batalla de Cosme Covarsi, el militar vinarocense más laureado
JOHN J. POLO Un cinco de noviembre de 1772 nació en Vinaròs, Cosme Covarsi Membrado, concretamente en una casa de la calle San Vicente,... L’ última batalla de Cosme Covarsi, el militar vinarocense más laureado

JOHN J. POLO

Un cinco de noviembre de 1772 nació en Vinaròs, Cosme Covarsi Membrado, concretamente en una casa de la calle San Vicente, el militar más laureado que ha tenido nuestra ciudad a través de su historia. He tenido el privilegio de ver in situ en un museo militar su hoja de servicios. Covarsi ingresó como cadete a la edad de 22 años en el Regimiento de Infantería de Valencia, y entró en combate, su primera acción bélica en Cataluña, concretamente en la guerra del Rosellón entre España y Francia. Sus ascensos como militar fueron rapidísimos, pero fue brillantemente reconocido por su actuación en Los sitios de Zaragoza, donde combatió a las órdenes del General Palafox contra los franceses en la guerra de la Independencia.

Covarsi tras toda una juventud de guerra en guerra, batallas y condecoraciones, obtuvo su retiro un 22 de septiembre de 1818 a la ciudad donde le vio nacer, Vinaròs, donde se asentó de nuevo junto con su familia en la calle San Vicente.

Tan solo quince años después de su retiro estallaría en España otra guerra, quizá las más cruel y sanguinaria de todas las que han existido en España, la primera guerra carlista. No tardó nada Cosme Covarsi, comandante de Infantería retirado y comandante del batallón de los Voluntarios Realistas en aquel entonces, en unirse a la causa carlista junto al batallón de Voluntarios Realistas de Torreblanca, al mando del teniente de Caballería retirado Blas María Royo. Encabezó en noviembre de 1833 la insurrección de Benicarló, Peñíscola y Vinaròs, consiguiendo que se unieran a su causa varios voluntarios,  de más de cincuenta familias de esas poblaciones y cuatro de los hijos mayores de Cosme Covarsi:  José de 25 años; Fernando de 19 años; (cuya vida es digna de un guion de película), Gregorio de 17 años; y Manuel de 15 años; quedando su hijo menor, llamado Francisco, al cuidado de su madre.

Morella era el lugar más estratégico del Maestrazgo, y el primer escenario de las proclamas carlistas, pues fue allí donde el barón de Herbés proclamó como rey al infante Carlos V.

Y lo hizo con la misma fórmula que en la época medieval los representantes del Reino de Aragón nombraban a su rey.

” NOS, CADA UNO DE LOS CUALES VALE TANTO COMO VOS, E TODOS JUNTOS MAS QUE VOS, OS FACEMOS REY. LO SEREIS SI CONSERVAIS NUESTROS FUEROS E FRANQUICIAS, E SI NON, NON.”

“Nosotros, que somos y valemos tanto como usted, pero juntos más que usted, os hacemos Rey , lo sereis sin conservais nuestros fueros y libertades, y si no,no. .

Covarsi viajó hasta Morella para ponerse a las órdenes del ejército carlista, dada su alta graduación como militar y su experiencia, fue recibido por la causa con gran satisfacción. Una de las condiciones que propuso Covarsi era tener un secretario para escribir todas las acciones de guerra. Todos se quedaron sorprendidos por esa petición, ya que en esa época la mayor parte de la población española era analfabeta, y posiblemente casi todos los soldados de la facción lo fueran, Covarsi insistió en que buscaran a alguien que supiera leer y escribir para proponerlo como cabo y ser su secretario de guerra.

Fue entonces cuando un hombre de confianza del barón de Herbés le dijo a Covarsi que hacía muy pocos días se había unido a la causa un joven desconocido, que había llegado a Morella, armado con una pistola y un sable de caballería,  junto con nueve hombres, de los cuales cuatro iban armados con fusiles, dos con escopetas, y tres con palos,  también trajeron cinco mulas cargadas de alimentos que habían sido cogidas “prestadas” de los masos durante el viaje, que ese joven desconocido había abandonado los libros por las armas, pues había sido seminarista, y había acordado con ellos pagarles una peseta diaria por pertenecer a su partida.

Covarsi ordenó que trajeran ante él a esos diez hombres para conocerlos, y que él averiguaría quien de todos era el que sabía leer y escribir. Una vez formados los diez hombres ante Covarsi, nueve de ellos estaban en postura de firme, mirada al cielo ,barbilla en alto, pero había uno, el más joven, que era incapaz de estarse quieto, no paraba de moverse, de ojos muy negros y vivos, muy nervioso, ese joven  dijo ser el jefe de la partida. Covarsi le preguntó si sabía leer y escribir, el joven nervioso le contesto que sí, y que además tenía nociones de latín, pues había estado estudiando para cura, Covarsi no dudó, ordenó el ingreso de los hombres en su ejército y nombró al nerviosísimo joven su secretario de guerra. Ese joven nervioso y desconocido en esa época se llamaba Ramón Cabrera y Griño, y más tarde pasaría a la historia con el apelativo de “El Tigre del Maestrazgo”, gracias a la parcialísima  narrativa del escritor  vinarocense Wenceslao Ayguals de Izco. Así fue como un joven inquieto y nervioso que no estaba destinado a tomar las armas, la guerra le sorprendió estudiando para clérigo, y finalmente acabó convirtiéndose en uno de los soldados más capaces que ha conocido España.

Ramón Cabrera había nacido en un barrio de pescadores de Tortosa, su padre fue patrón de algunas matriculas de las embarcaciones de Tortosa y Vinaròs, la entrada de los franceses había obligado a la familia de Cabrera a trasladarse a Vinaròs, donde moriría su padre y dejó a Ramón huérfano con solo seis años. El nerviosismo de Cabrera le acompañó toda su vida, prueba de ello es que muchos años más tarde  en Tarragona el 10 de abril de 1860, ante el temor de que Cabrera volviera a incorporarse desde Inglaterra a la guerra y con la sospecha que pudiera desembarcar de incógnito en las poblaciones de San Carlos de la Rápita, la Ametlla de Mar, Peñíscola, Benicarló o Vinaròs, se editó un bando para ser distribuido en estas poblaciones por la Dirección del Gobierno. El bando describía  a Cabrera con estas características : “Edad 52 años, estatura regular, pelo castaño oscuro, ojos vivos algo inflamados, barba cerrada, vivo en el hablar, nunca esta quieto”.

Fue muy corta la participación de Cosme Covarsi en la primera guerra carlista, corría el año 1834, en el corazón del Maestrazgo, concretamente en Vallibona, una encarnizada batalla entre las tropas isabelinas y los carlistas, se estaba desarrollando con la crueldad típica de esa guerra. Las fuerzas liberales estaban comandadas por Los Nacionales de San Mateo, las fuerzas carlistas estaban capitaneadas por el vinarocense Cosme Covarsi, los carlistas sufrieron una severa derrota. Covarsi ordenó la retirada hasta el barranco de Vallivana y los carlistas, que lograron escapar, se dispersaron por diferentes lugares del Maestrazgo. Covarsi no podía volver a su ciudad natal de Vinaròs, por ser una plaza liberal, ya que allí sería de inmediato arrestado y fusilado.

Por lo que optó en refugiarse en una de sus propiedades que tenía en La Sénia (Tarragona), junto con su hijo de ocho años, no muy lejos de donde también tenía una masía, Pedro Beltrán, conocido como “Peret del Riu”, un carlista nacido en La Sénia, que luchó junto a Forcadell antes de unirse también a Cabrera, y que llegó a mandar “Los Lanceros de Tortosa”, en aquella época un cuerpo militar carlista de élite , prácticamente invencible. Ese mismo regimiento de Los Lanceros de Tortosa años después lo comandó el propio Cabrera, hizo algunos cambios en el uniforme, utilizaron boina blanca con borla amarilla, casaca y pantalón azul celeste, todo ello se hacía en una fábrica de Benassal (Castellon). No tardaron mucho tiempo los nacionales de San Mateo en localizar a Cosme, y allí en La Sénia fue asesinado junto a su hijo de ocho años.

Si bien los historiadores no se ponen de acuerdo en el lugar de la muerte de Cosme Covarsi, unos dicen que Andalucía, donde fue llevado tras ser arrestado,  otros en Madrid, otros en Chodos (Castellón), otros en el propio barranco de Vallivana, son los historiadores extremeños quienes dicen que Covarsi fue asesinado junto a su hijo en La Sénia , yo me quedo con esta versión pues nadie como los historiadores extremeños han profundizado más en la estirpe de los Covarsi.

 Enterados los jefes carlistas del Maestrazgo del doble crimen, solo se oía una palabra: ¡Venganza!, uno de los que más pidió venganza fue el también vinarocense Román Bonet (apodado Chambonet), que fue monaguillo del convento de San Agustín de Vinaròs. En principio Chambonet estaba alistado en la partida de Forcadell, pero actuó especialmente en el Bajo Maestrazgo, nombrándole Cabrera mas tarde primer comandante del tercer Batallón de Valencia.

Muerto Covarsi, un joven y nervioso cabo que había sido su secretario de guerra, que había pasado de seminarista a guerrillero se convirtió en el hombre más temido del Maestrazgo por los isabelinos, El Tigre del Maestrazgo, el general carlista que aplastó a los liberales españoles de Isabel II.

 La batalla de Vallibona fue el fin de Cosme Covarsi, el hombre que había combatido por muchísimos lugares de España, muchas cruces, escudos y distinciones militares  ostentó Cosme Covarsi, la cruz concedida a los defensores de Zaragoza en el segundo sitio, la cruz de la Real y Militar orden de San Hermenegildo, concedida según real cédula de 15 de enero de 1816 y la cruz del primer ejército por diploma de 27 de abril del mismo año. La batalla de Vallibona fue la última batalla del vinarocense nacido en la calle San Vicente.

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