Romería a Sant Pere de Castellfort con protagonismo femenino por primera vez

FRANCESC SEGURA 

La rogativa de Catí a Sant Pere de Castellfort es una de las más antiguas de la provincia y, de hecho, dentro de dos años cumplirá siete siglos de tradición. Antes de esta efemérides, la edición del 2019 ya ha pasado a la historia al ser la primera que levanta el veto a la participación activa de las mujeres.

Una vecina de la localidad, Teresa Segarra, a sus 70 años, junto a su marido Paco Roca de 75, estuvo entre las cuatro personas de mayor edad que hicieron el recorrido íntegro, y tuvo el honor de ser la primera mujer portadora de una barra en la peana del santo. El primer intento para romper este techo de cristal fue hace dos décadas, cuando una fémina solicitó llevar la cruz para el año siguiente. Se le denegó aludiendo a la tradición. En cambio, una votación celebrada recientemente en una junta general levantó esta prohibición.

La igualdad en la romería tendrá continuidad, ya que Vanesa Celma será la primera mujer en tener un cargo. El sábado, esta profesora de música y jueza de paz se presentó para ser cantora y resultó elegida, con lágrimas de emoción por parte de la interesada y los aplausos y las felicitaciones de los presentes. Unos eventos que se adaptan a los tiempos, con la entrada de Teresa y Vanesa en la historia local por derecho propio. La peregrinación estuvo presidida por el sacerdote Joan Pons. Repite en la cita, ante la coincidencia de eventos y la falta de sacerdotes en la diócesis. El obispo de Tortosa, Enrique Benavent, presidió anoche la conocida como la processó de les torxes.