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DE EL MUNDO-CASTELLÓN AL DÍA, DANIEL VICENTE El sector de la pesca en la provincia de Castellón no pasa por su mejor momento. Son...

DE EL MUNDO-CASTELLÓN AL DÍA, DANIEL VICENTE

El sector de la pesca en la provincia de Castellón no pasa por su mejor momento. Son muchos los frentes abiertos que amenazan con tambalear la rentabilidad de esta actividad económica, y la «desaparición» de algunas especies muy cotizadas en el litoral castellonense es uno de los problemas que ocasionan quebraderos de cabeza a los pescadores. Así lo apuntaron representantes de las cofradías de pescadores San Pedro de Vinaròs y el Grao de Castellón de La Plana, alertando de la ausencia de especies como la sardina que, en tiempos, suponía una importante fuente de ingresos debido a su cotización y su consumo habitual.

«Desde hace cinco años la sardina, y también el boquerón por han ido desapareciendo progresivamente de nuestro litoral o costa, para quedar casi a cero», lamentan desde la cofradía vinarocense. En la misma línea se pronuncia el presidente de la cofradía de pescadores San Pedro del Grao, Manuel Peña, indicando que «cada vez es más difícil capturar sardinas», que ayudarían a aumentar los ingresos del sector. De hecho, la cofradía del Grao cifró 2,4 millones de kilos capturados de sardinas en 2007, mientras que el año pasado se cerró con sólo 250.000 kilos pescados de esta especie. Es decir, la captura de sardinas ha caído un 89,5%. «La desaparición de la sardina es una cuestión de ciclos, a ver si con el tiempo repunta el número de capturas de sardinas», subraya Peña. No obstante, en el caso de los boquerones, la situación es a la inversa. Hace diez años la cofradía de Castellón anotó 65.000 kilos en capturas, mientras que en 2017 la cifra se ha disparado significativamente hasta alcanzarse 2,7 millones de kilos.

Asimismo, desde Vinaròs subrayan la dificultad para pescar atún rojo, otra especie muy valorada por la sociedad, «por tener los pescadores escasos permisos o cuotas de pesca». No sólo la alarmante desaparición de los bancos de sardinas en el litoral provincial mantiene en vilo a los pescadores. La comprometedora rentabilidad del sector pesquero en la actualidad ocasiona que el relevo generacional –es decir, hijos o nietos de los pescadores que suceden a sus progenitores– se esté quedando estancado. «Los hijos de los armadores o pescadores no ven futuro económico, y por lo tanto no quieren ser pescadores », informan.

Fuentes de la cofradía de pescadores vinarocense subrayan que en el año 2006 «había en base a Vinaròs 20 barcos entre las modalidades de arrastre y cerco, mientras que de trasmallo y otras artes 21». Es decir, 41 barcos en total. En el 2016, la cifra cayó un 26,8% hasta marcar sólo 30 barcos. Asimismo, la referida cofradía registraba en 2006 160 tripulantes y pescadores, mientras que en 2016 sólo se cifraban 116, es decir, un 27,5% menos.

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