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 CARMEN LLOPIS Desde el pensamiento inclusivo, una sociedad democrática debe luchar contra la desigualdad, no contra la diversidad. La cohesión social sólo es posible...

 CARMEN LLOPIS

Desde el pensamiento inclusivo, una sociedad democrática debe luchar contra la desigualdad, no contra la diversidad. La cohesión social sólo es posible si se acepta la diferencia en un proyecto común compartido por todos/as asumiendo la diversidad como riqueza.

La Educación Inclusiva se fundamenta en cuatro principios:

  • Cree que todas las personas tienen el derecho a educarse para alcanzar un desarrollo pleno (Principio de Educabilidad).
  • Busca eliminar toda forma de exclusión sin poner barreras a la participación y al aprendizaje. (Principio de Equidad).
  • Considera la diversidad de personas y grupos como fuente de enriquecimiento del proceso de enseñanza-aprendizaje. (Principio de la Diversidad)
  • Permite la interacción y participación de toda la Comunidad Educativa en los procesos de aprendizaje (Principio del Aprendizaje Dialógico).

Acoger la diversidad implica ir más allá de contar con personas diferentes en los espacios escolares para homogeneizarlas culturalmente mediante prototipos hegemónicos a los que deben llegar si quieren tener “éxito” en la vida.  Las personas o se adaptan al sistema educativo de turno o son excluidas del mismo. No se puede olvidar que la enseñanza en la escuela se ha ido construyendo desde la visión monocultural de clases dominantes y cuestionarla provoca, en nuestras sociedades neoliberales, resistencias

En la documentación de organismos internacionales cuando se habla de conseguir una educación para todos se hace referencia tanto a una educación inclusiva e intercultural como a una educación en la diversidad, todos estos términos mantienen una idea común, responder con calidad a las necesidades diversas del alumnado. Por tanto el concepto de diferencia se tiene que dotar de nuevos significados liberadores y creadores de autonomía para reconocer y rescatar algunas cuestiones que han sido y son rechazadas por salirse de lo que se ha considerado normalidad, lo aceptado, lo permitido… Ir rompiendo ese paradigma reproductor de los grupos hegemónicos y trabajar por la inclusión es apostar por un espacio escolar como lugar que:

– aporta un enfoque abierto en donde se reconocen y aceptan las diferencias como un hecho biológico y cultural,

– enseña a pensar de una manera crítica ante la realidad plural,

– favorece aprendizajes no estandarizados sino adaptados a la diversidad de             personas, de intereses, de situaciones, de relaciones…,

                         – plantea los conocimientos de manera integrada, interrelacionada y adaptada,

– tiene en cuenta los problemas humanos de cada época, de cada contexto,

– valora la diversidad como riqueza.

Recordamos que el concepto de Educación Inclusiva surge en la pedagogía en los años 90 y hace referencia a los modos como la escuela debería dar respuesta a la diversidad[1]. El interés por esta propuesta ha ido creciendo y evolucionando aunque en algunos contextos, la  inclusión se sigue asociando a la integración de discapacidades o de necesidades educativas especiales.

La educación inclusiva debe hablar de lo que escucha. Para eso ha de estar atenta a las voces que tienen poca o ninguna resonancia pero que a veces dicen verdades que valen la pena y que vienen de una voz pero que hablan de muchas[2] Ha recuperar la confianza en una sociedad igual y justa.

Ventana sobre la utopía: Está en el horizonte. Me acerco dos pasos, y  se aleja dos  pasos. Camino diez pasos y el horizonte se desplaza diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré.

¿Para que sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar.(F Birri)

La perspectiva transformadora que se plantea desde la escuela inclusiva,- interesan los problemas de los seres humanos, sus relaciones armónicas-, facilita la democratización de esta institución jerarquizada, con múltiples normas, prescripciones, con estamentos y roles cerrados, además de favorecer una concepción más integradora, más dinámica y diversificada. Se potencia así una cultura alternativa que no solo conoce, sino que se compromete en acciones que generan visiones más positivas del futuro.

Desde un punto de vista amplio, la inclusión favorece que todas las personas, a pesar tener diversas edades, estilos de aprendizaje variados, pertenecer a culturas o sociedades diferentes, tengan igualdad de oportunidades en todo tipo de escuelas normalizadas y son estas las que tienen que ajustarse a la diversidad de personas sin etiquetarlas, dando respuestas de calidad a esa diversidad.

¿Cómo ir creando entornos inclusivos en la práctica?, la respuesta es sencilla pero no es fácil porque hay que tener en cuenta, desde las resistencias, las expectativas, hasta las demandas de las partes interesadas, de los actores sociales y responder desde el sistema escolar a las necesidades de la diversidad de alumnado con:

– respeto, comprensión y atención a esas diferencias culturales, sociales, individuales…

– el acceso, en condiciones de igualdad, a una educación de calidad,

– una estrecha coordinación con otras políticas sociales.

En cualquier caso un aula inclusiva se caracteriza por

  • Establecer actividades que den la bienvenida a la diversidad y buscar dinámicas de acogida, especialmente para el alumnado nuevo o sus familias.
  • La existencia de grupos heterogéneos que incluyen al alumnado con discapacidades, con talento o sobredotación intelectual, diferencias de raza, edad, religión, etnia, entorno familiar, nivel económico, capacidades…
  • La respuesta a la diversidad que, desde la perspectiva de la inclusión, no consiste en adoptar unas medidas dirigidas a unos pocos alumnos y alumnas, sino en contemplar y reflejar toda esta diversidad de características del alumnado en las actividades de enseñanza-aprendizaje.
  • La atención a las barreras físicas, psicológicas y sociales.
  • Mantener una información accesible para todos (comunidades lingüísticas y minorías).
  • Favorecer espacios de comunicación interactiva y comprensiva
  • Tutorías entre iguales y apoyo en el grupo común para el alumnado con dificultades en lengua u otros elementos curriculares.
  • Utilizar métodos que permitan el enriquecimiento y la aceleración
  • Horarios flexibles para actividades (incluidas las de inter-niveles) más que grupos flexibles.

UNESCO http://www.ibe.unesco.org/es/cie/48a-reunion-2008.html

[2] Cfr.  CARBONELL, J Ob. cit

EL FORTÍ VINARÒS INTERCULTURAL

www.elforti15.blogsport.com.es

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