JAVIER ORTÍ
La tranquilidad que reina en la Mata, municipio situado en el corazón de Els Ports, se truncó la noche del domingo al lunes, cuando la localidad sufrió una oleada de robos. Hasta cinco edificios fueron asaltados en plena madrugada. El aulario del Colegio Rural Agrupado, el pabellón de fiestas, la farmacia, el bar y una casa particular fueron los cinco lugares escogidos por los ladrones.
En cada uno de los edificios sustrajeron material diverso o dinero. De la farmacia se llevaron cremas y lo revolvieron todo, posiblemente buscando ampliar el botín. Los hurtos también se produjeron en una casa particular, donde desapareció una máquina cortacésped, mientras en el colegio robaron un proyector. «Forzaron las cerraduras de todas las puertas de las aulas, así como de las que dan acceso al exterior» apuntó Mari Carmen Soler, directora del CRA Els Ports. En el bar, por su parte, sustrajeron el dinero del cambio y unas latas de atún, que fueron encontradas vacías posteriormente en el colegio. En el pabellón de fiestas robaron más de 60 botellas de bebidas alcohólicas, que permanecían allí almacenadas desde el último Aplec dels Ports. «Somos pueblos muy tranquilos y es muy raro que pasen estas cosas. La Guardia Civil hace lo que puede, pero son pocos agentes para cubrir una gran extensión de terreno. Estamos impotentes» dijo a Mediterráneo el alcalde de la localidad, Pere Calvo.
«No tienen miedo de nada, pues después de robar se sentaron a comer lo que habían robado en el colegio», indicó el primer edil, que añadió que el problema «no es lo que te roban, es todo el daño material en las puertas y ventanas». «Hemos tenido que cambiar nueve puertas porque estaban todas forzadas. Y sobre todo el miedo y el susto que nos dejan» apostilló Calvo. La Guardia Civil desplegó un amplio dispositivo para iniciar las pesquisas, que se centran en la búsqueda de huellas.